Muchas veces el concepto de solidaridad queda relegado a momentos muy puntuales. Acciones casi marcadas en el calendario como campañas de recogida de comida o campañas para un determinado caso de enfermedad. Para que los niños y niñas aprendan a ser solidarios hay que realizar un trabajo profundo de concienciación y empatía. Desde la escuela y sobre todo desde casa; con pequeñas acciones todos los días. Porque ser solidarios no es cosa de un día.
Ante situaciones de crisis o de gran impacto (negativo) en la sociedad, los voluntarios o las donaciones aumentan en gran medida. Según los expertos se debe al empatizar con la persona afectada, al ponerse en lugar del otro es cuando más surge la solidaridad. Es una reacción sana, positiva y necesaria para dejar salir todo el sentimiento que nos haya producido esa situación. Pero sin ir a situaciones tan dramáticas o impactantes también hay que aprender a ser solidarios todos los días.
“Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por los demás” Dalai Lama.
No es cosa de un día
Ya sea en clase o en familia, la solidaridad es un valor que se suele trabajar de manera muy puntual. La mejor manera de inculcarlo es con el ejemplo, integrarlo en el día a día y que sea parte de la filosofía familiar. Que no tenga nombre, que no sea un concepto, que sea parte de cómo actuamos y cómo somos.
Hay muchas valoraciones sobre cómo ser solidarios y cómo enseñarlo. De entre todas ellas aquí os presentamos cuatro conceptos con los que trabajar de manera más profunda esa concienciación.
Realidad de «aquí y de allí»
Como dirían nuestras abuelas: “en todos los sitios cuecen habas”. Es importante enseñar a los niños a analizar la realidad, tanto la suya: su colegio, barrio, amigos, familias, ciudad… Como las realidades de otras zonas o países.
Enseñando a respetar las culturas y tradiciones. Dejar a un lado el “juzgar” desde una postura de “superioridad” que a veces en este tipo de valores puede surgir. Analizar y buscar soluciones reales que ellos mismo puedan hacer. No hay que ser solidarios sólo con los de fuera, también aprender a ser solidarios con nuestro entorno y nosotros mismos.
Empatizar
Parte de ser solidario está estrechamente ligado con aprender a empatizar. No es algo fácil ponerse en la piel del otro, porque siempre van a salir nuestras valoraciones personales. Cooperar, colaborar, apoyar son acciones que surgen desde la empatía ante personas que viven una situación diferente y muchas veces difícil para su desarrollo.
Reutilizar
Todos tenemos en casa ropa y enseres que no solemos usar, crear una conciencia ya no sólo de donar sino de compartir, de reutilizar. En muchas oficinas, barrios o redes sociales existen movimientos de trueque o mercadillos. Donde todo el mundo muestra qué cosas tiene en casa y ya no necesita y otras personas de su mismo entorno pueden usar. Así todo puede tener una segunda vida o más. Podría ser perfectamente una propuesta también para los centros educativos.
Cuidado del medio ambiente.
Además de ser solidarios con las demás p
ersonas, debemos ser solidarios con nuestro planeta, crear una conciencia ecológica también es crear una conciencia solidaria. Pensar en equipo.
Para hablar más sobre este tema os recomendamos una entrada reciente sobre el eco consumo: https://www.colectivotandem.com/eco-conciencia-eco-consumo/
Desde Colectivo Tándem, siempre hemos basado nuestras acciones en valores humanos y entre ellos la solidaridad.
Desde fomentar actividades y juegos en la intervención directa, donde los chavales conozcan otras realidades. Donde puedan ponerse en su piel, promover actividades grupales, donde el trabajo en equipo y la cooperación sean necesarios para un bien común. O participar en movimientos solidarios tanto de nuestro país como de otros países. Para nosotros es parte de nuestro día a día y así lo queremos trasmitir a los participantes de las actividades. Que ser solidarios no es cosa de un día, es una actitud.
