Muchas veces ante los problemas, decisiones o situaciones de los demás no se sabe reaccionar de la manera más correcta, cuando alguien nos cuenta sus inquietudes nos creemos en la obligación de responder, de dar consejo y en ocasiones olvidamos ser empáticos con dicha persona.
«¿Qué significa oír el silencio sino escuchar lo que no alcanza a ser dicho?». Santiago Kovadloff
La empatía está muy relacionada con el respeto, aunque la persona nos cuente su problema o nos pida consejo, no lo podemos hacer desde nuestro punto de vista, no tenemos toda la información. La empatía es un don a desarrollar no sólo para acompañar a una persona en un proceso difícil, sino también para nuestro día a día, para ser más pacientes. Aquí os dejamos algunos apuntes interesantes qué tal vez pueden ser útiles.
1-Usa la técnica de ponerte en sus zapatos.
Para entender por lo que está pasando esta persona lo mejor es ponerse en su lugar, no juzgar ni analizar desde nuestra postura.
2-Antes de hablar, escucha.
Muchas veces las personas no quieren consejo, quieren desahogarse con alguien, necesitan decir en voz alta lo que les pasa o lo que sienten. Un aspecto que siempre tienes que desarrollar es una escucha activa, no estar pensando qué tienes que responder.
3-No intentes arreglarlo rápidamente con palabras ni acciones, el silencio consciente ayuda.
Cuando la otra persona llora o expresa algún sentimiento retenido, nuestro acto reflejo es consolarlo en el momento, pero hay que dejar que saque todo ese dolor o rabia que tiene. Muchas veces nos anticipamos a abrazarlos o a hablarles. En un principio guarda un silencio consciente y presente, verás que ayuda a que esa persona pueda desahogarse.
4-No des consejos.
Realmente todos sabemos más o menos que tenemos que hacer, muchas veces más que dar consejos lo que se necesita de la persona que escucha es hacer las preguntas correctas, por ejemplo: ¿Cómo te sientes con esta situación? ¿Por qué crees que ha ocurrido? ¿Cómo puedes salir de esto? Si no nos vemos capaces de realizar ese tipo de preguntas, nos quedamos en el punto anterior: guardar silencio y acompañar.
5-No eches más leña al fuego.
Cuando la persona cuenta algo que le ha ocurrido con una tercera, suele ocurrir que nos posicionamos rápidamente con nuestro interlocutor y podemos llegar a “malmeter” más sobre esa tercera persona. La empatía y respeto tiene que ser para todos, nunca hay buenos y malos, hay personas que no han sabido reaccionar de otra manera. No es bueno promover más sentimientos negativos de los que hay en el momento.
6-Nunca enjuicies sus pensamientos o actos.
Aunque intentemos ponernos en sus zapatos, nunca podremos entenderle al 100 %, de ahí la importancia de acompañar a la empatía con el respeto, por eso no es bueno dar nuestra opinión.
7-No te lleves su problema a tu casa.
Cuando alguien se desahoga y tiene una buena conversación se queda más aliviado o tiene más claro que debe hacer; tú como persona que ha escuchado y le ha podido acompañar en esa situación no debes hacer tuya esa situación. Aprende a desconectar, a no darle vueltas y a volver a tus pensamientos.