A veces, de manera superficial y casi inconsciente asumimos que hemos tenido un mal día por un hecho puntual que ha tenido tintes negativos. Sin darnos cuenta nos dejamos influenciar de ese hecho y dejamos que marque el tono del día. “Qué día más horrible” “Para esto no salgo de la cama”… seguro que te suenan. Generalizar de esa manera sólo va a traernos una actitud más negativa ante todo lo demás que transcurra en la jornada. Tenemos que aprender a cambiar el enfoque. Aprender a valorar las pequeñas cosas que mejoran tu día, así disfrutaremos mucho más de nuestro día a día.
La importancia de cambiar el enfoque
Por norma general nuestro cerebro de manera natural tiende magnificar los aspectos negativos frente a los positivos. Pueden ser hechos, noticias, sentimientos…. Parece estar relacionado con un mecanismo de defensa, vamos que no es de ahora, a los primeros humanos ya les pasaba. Entendemos que antes era por supervivencia, pero en la actualidad ya no es tan real ese peligro, o muchas veces no es tan grave. Lo único que conseguimos dándole más protagonismo nosotros mismos es llegar a arruinarnos el día, no viendo todo lo bueno que también nos pasa. Claro que hay casos y casos, y a veces son temas importantes o difíciles, no le queremos quitar importancia. Nos referimos más a esas pequeñas cosas que van sumando y al final nos cambia hasta el humor.
Pequeños cosas que mejoran tu día
Ahora os queremos hacer una lista de esas pequeñas acciones que nos pueden ayudar a resintonizar el día. Si se ha nublado… aquí tienes diferentes remedios que pueden ayudarte:
- Observar el día. Aproxímate a la ventana más cerca, observa el paisaje, si hay gente, tráfico, ruidos…. Observa el clima, si hace sol, está nublado, es de noche y se ven las estrellas… A veces simplemente recibir un rayo de sol o escuchar el sonido de la lluvia de manera más consciente nos ayuda a reubicarnos. Agradece ese momento.
- Un gesto o mensaje. En ocasiones pasamos desapercibido un gesto o unas palabras de alguien cercano. Cuando estás inmerso en una situación negativa, a veces este simple gesto amable te ayuda.
- Escuchar una canción que te gusta. Corta drásticamente con esa sensación que te ahoga, ponte tu canción favorita, si puedes báilala. Numerosos estudios abalan los beneficios de escuchar música que nos motiva. Nos ayuda a cambiar nuestro ánimo y hasta la energía con lo que nos enfrentamos a las rutinas.
- Respira. En ocasiones necesitamos parar de lo que estemos haciendo y respirar profundamente. Si donde estás no puedes, ve al cuarto de baño, aíslate por unos segundos para respirar y disfrutar de ese momento.
- Dibuja. Seas buen o no dibujante, toma papel y lápiz o colores. Garabatea sobre el día, como si estuvieras contando tu día a través de los trazos, te sorprenderá los resultados que se obtienen. Puedes tener un diario de dibujos.
- Escucha. En ocasiones te pasas el día hablando con los demás, pero luego descubres que ha sido muy automatizado. Tómate unos minutos para hablar con otra persona, pregúntale cómo está y escucha de manera activa. Sé empático. Muchas veces demandamos a los demás lo que nosotros mismos no hacemos.
- Un buen café o una comida rica. Disfruta, saborea tu comida o tu tentempié, su olor, aspecto, gusto… juega a “si fuera la primera vez” que lo comes, qué te proporciona.
La gratitud como herramienta para la felicidad
Como bien dice el título la gratitud es la llave de la felicidad. Saber agradecer lo que tenemos y a las personas que están a nuestro alrededor nos proporciona mucha paz y satisfacción. Puedes programarte unos minutos al día para hacer un repaso y reflexionar sobre el día y por ejemplo sobresaltar tres cosas por las que darías las gracias. Así entrenamos al cerebro a enfocarse en las cosas buenas.
Algunas maneras de practicar la gratitud son:
- Llevar un diario donde anotes las cosas buenas que te pasaron en el día. Sobre todo al principio te ayudará con el ejercicio de introspección.
- Decir en voz alta o pensar en las cosas por las que estás agradecido antes de dormir. Puedes decírtelo a ti mismo o compartirlo con tu pareja, hijos…
- Expresar gratitud a las personas que te rodean con un simple «gracias» o un gesto amable. A veces se nos olvida agradecer los gestos habituales pero que contienen un esfuerzo de las demás personas. No nos cuesta nada y significa mucho. Importante, tanto a las personas de nuestro entorno, como a desconocidos. Es impresionante observar cómo cambia la actitud de uno cuando alguien extraño tiene un gesto amable.
Aprender a ver lo bueno
Todos tenemos claro que hay días y días, que a veces parece que todo va en contra de uno. Pero eso no significa que nosotros no pongamos de nuestra parte para cambiarlo. Con estas pequeñas cosas que mejoran tu día, conseguimos cambiar el gusto del día, es un esfuerzo constante.
También es importante rodearse de personas con una actitud positiva y buscar actividades que nos aporten bienestar, como el ejercicio, la meditación o el contacto con la naturaleza. Aprender a poner límites a personas más negativas o a no prestarles tanto la atención, ayudan a mejorar tu día.
Conclusión
Sí, la vida está llena de pequeños detalles que pueden marcar la diferencia entre un día gris y uno lleno de color. En nuestras manos está marcar la balanza a un lado o a otro. Ser más conscientes de las emociones y de lo que nos pasa alrededor, dar las gracias y disfrutar de esas pequeñas cosas que mejoran tu día nos permitirá disfrutar más de cada jornada.
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