Todo evoluciona: la forma de ser, de comer, de cuidarse, de comunicarse y también la forma de ser solidarios, antes nuevos tiempos, nuevas oportunidades. La solidaridad del siglo XXI viene con otros tintes. Con aires de trabajo en equipo y con el concepto de que la solidaridad también ayuda a crear sueños: crowdfunding.
Si acudimos a la RAE e introducimos la palabra solidaridad dice: “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”. Este organismo se fundó en 1713 y aunque ha ido adaptándose a los tiempos, como en muchos casos la acción se adelanta al concepto.
Crowdfunding es un concepto que nació a las puertas del final del siglo XX, visionarios de un nuevo concepto de solidaridad. La banda británica “Marillion” pudo costearse su gira por Estados Unidos gracias a donaciones online. Fue la primera piedra de un concepto que hoy en día tiene muchas plataformas de gestión, con miles de opciones de micromecenazgo.
¿Qué es?
Realmente el mecenazgo es un concepto que funciona desde antes de la antigua Roma. Siempre ha ido ligada con las artes, el mecenas cuidaba y protegía a los artistas en pro de su obra y su divulgación.
El giro de tuerca que ha aportado el siglo XXI es una nueva posibilidad. Porque con pequeñas aportaciones de un grupo numeroso de personas anónimas se puede crear proyectos pequeños, medianos o de gran envergadura. Además de cualquier campo, ya no cerrado sólo al mundo artístico.
¿Cómo funciona?
Dentro del Crowdfunding hay diferentes tipos de micromecenazgos, aquí os dejamos una breve definición que circula por la red y es muy sencilla.
Donaciones: tú aportas dinero sin esperar ningún beneficio personal.
Recompensas: Al aportar tu participación recibes una recompensa.
Acciones: te conviertes en accionista de ese proyecto y obtienes tu grado de participación (ganancias).
Préstamos: al aportar se revierte un porcentaje de beneficio como intereses de ese préstamo.
Royalties: los beneficios son a nivel simbólico.
¿Qué tipos hay?
Dentro de las plataformas de Crowdfunding nos podemos encontrar desde proyectos muy personales y privados. Desde campañas que inician centros educativos o asociaciones que no tienen suficientes recursos o subvenciones para realizar sus proyectos.
Desde Colectivo Tándem todos los años apoyamos proyectos relacionados con la educación. Porque creemos que son importantes y así deseamos contribuir de forma indirecta para que otras personas puedan cumplir sus sueños.
Lo que más nos gusta es saber que por pequeño que sea un sueño, hacerlo realidad es fuente de alegría y satisfacción de muchos.
Así que desde aquí os invitamos a buscar en Internet, donde hay muchas plataformas que apoyan el crowdfunding. Muchas de ellas se clasifican por el tipo de proyecto: educativo, de investigación, personal… hay para todos.
Ya por último os dejamos esta pequeña reflexión del presidente de Mozambique entre los 70 y los 80: La solidaridad no es un acto de caridad, sino una ayuda mutua entre fuerzas que luchan por el mismo objetivo. Samora Machel