Las jornadas laborales o las necesidades que tenemos los padres, marcarán las actividades extraescolares de nuestros niños y adolescentes. Además de otros factores como los económicos y los de cercanía de la oferta de actividades. Pero siempre con una máxima: extraescolares sin ser una sobrecarga.
La educación de los más pequeños de la casa es una de las grandes cuestiones que tiene cada familia. Educarle con unos buenos valores, darle cariño, no sobreprotegerle… Son algunas de las pautas que tratan de seguir los padres en el difícil proceso de la educación de un niño.
A continuación os daremos unas claves para hacer una buena elección:
Los gustos del niño, no de los padres.
Hay que basarse en la opinión de nuestros hijos/as para hacer una buena elección, basándose en sus gustos, carácter y habilidades. Es fundamental escoger la actividad que más le guste y divierta. A la vez que favorezca su desarrollo personal y la relación con los demás.
Una opción para cada carácter.
Según el carácter de nuestros hijos, se puede pensar en un tipo de actividad u otra. Para los más perezosos: deportes y actividades individuales como tenis o creatividad y plástica. Los tímidos: actividades en grupo, pero no competitivas, como psicomotricidad, danza o teatro. Si son inquietos: algo que les ayude a dominarse como las artes marciales o la natación. Por último para los que les cuesta relacionarse: actividades deportivas en grupo. Como por ejemplo el baloncesto, rugby, vóley o deportes alternativos y juegos tradicionales.
La oferta.
En la gran mayoría de los centros educativos se ofrece un abanico de actividades a través de las asociaciones de padres y madres. Además de empresas profesionales o de los Ayuntamientos. Ampliando la oferta y acercándola a la inmensa mayoría de las familias.
Recomendación semanal, un equilibrio.
Lo más recomendado es una o dos actividades a la semana, algunos especialistas insisten en la importancia de no sobrepasar las tres actividades semanales. Creemos que es muy recomendable que se pueda pasar tiempo de calidad educativa con los padres y madres. Que se puedan realizar actividades todos juntos.
Diferencia entre lo lúdico y lo semiprofesional.
A veces, los padres forzamos a nuestros hijos a seguir “la actividad-deporte” que nosotros realizábamos de pequeños y seguramente es probable que nuestros hijos fracasen. Lo importante, no es el nivel que se adquiera, el niño debe desarrollar la actividad feliz, con interés y con motivación. Quién tiene grandes niveles de motivación y altas capacidades, podrá tener un rendimiento sobresaliente y ser un deportista, músico, bailarín, etc…de élite.
Realizar un seguimiento.
No todos los niños responden de la misma manera a las mismas actividades y la misma carga horaria. Sería bueno hablar con los profesores, con el propio niño y evaluar de forma continua la evolución en la actividad. Además de cómo afecta a en su funcionamiento personal y escolar.
Varios hijos, varias actividades.
En caso de tener varios hijos, hay que valorar los desplazamientos que tendremos que hacer. Si hay que moverse para llevar al niño o recogerle deberíamos barajar todo para que esto no sea un foco más de estrés. Que podría repercutir negativamente en la experiencia del niño con la actividad elegida.
Pues nada, aquí os dejamos nuestras recomendaciones para tener extraescolares sin ser una sobrecarga.